sabato 3 aprile 2010

Día dos todavía, por la noche.

Plaza de la Merced.

¡Qué hermosos son los gitanos!
Estas matronas inmensas, vestidas de flores, de pelo largo, negrísimo y grasiento.
Estos hombres bigotudos, estas caras arrugadas, estas pieles maltratadas por el sol y el viento del sur, estas sonrisas blancas a pesar del tabaco.
Esta felicidad de vivir, este gracias por ser vivos que se expresa a través de una guitarra, de unas voces, de unas manos, de unos piés.

¡Qué hermosos son los gitanos!

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