giovedì 30 aprile 2009

Córdoba: un poco cheta, un poco rocanrol.

Estaba a punto de escribir "un poco pija" pero quise evitar malentendidos -sobretodo tratándose de esta ciudad- y lo puse a la manera argentina.

¡Me encantó Córdoba!
La ciudad es bonita, y como venía de Buenos Aires incluso me pareció pequeña (cuando lo comenté a mis amigos de San Salvador de Jujuy se rieron).
También el tiempo estuvo de mi lado, así que fue realmente agradable pasear bajo el solete por el Parque Sarmiento, por las calles del centro y por el movido barrio universitario que nunca descansa.
Me cuentan que los estudiantes que viven aquí, atrapados por las noches fiesteras de la Nueva Córdoba, tardan el doble de años en terminar sus carreras.

Y me di cuenta de que no es mentira (por lo menos no del todo) lo que se dice a propósito de su gente: acogedora, amable y divertida, con este acento raro que no deja de hacerme gracia aunque se esté hablando de un tema super serio. Sin embargo, para ser sincera, el chico más simpático y más copado que conocí era un estudiante de San Juan que trabajaba en la recepción del hostal.

Pasé una tarde en el Cineclub Municipal, más que un simple cineclub un completo y bien organizado centro cultural donde además se dan cursos de cine, teatro, música y fotografía - resistí con mucho esfuerzo a la tentación de apuntarme a todos, en cambio tuve una conversación muy interesante con el encargado.

Pero sin duda lo mejor es lo que está afuera de la ciudad. Por ejemplo un Parque Nacional de los más espectaculares que visité hasta ahora, el de la Quebrada del Condorito, que no me dio la impresión de ser tan conocido, tan publicizado ni tan frecuentado -mi amigo Graham y yo nos cruzamos con unas seis personas en todo el día- y donde no se paga entrada, por mi enorme sorpresa, ya que el tema Precios De Entrada a Los Parques Argentinos me tiene enfadada desde hace meses.

A la vuelta del parque hicimos dedo y nos acercaron a la capital dos hermanos de Carlos Paz que tienen por ahí un campo de no sé cuantas mil hectarias, con no sé cuantas mil vaquitas negras y todo, hasta nos llevaron con ellos a encerrar y contar las ovejas. Muy buena gente.

Tuve incluso el honor/la desgracia de toparme con el famoso e insuperable Chamullero Cordobés, en la terminal de buses. Una pena que no fuera ni guapo, ni atractivo, ni por lo menos interesante, porque en caso contrario me dejo chamullar encantada.

En cambio, pasé el fin de semana en el Valle de Calamuchita con mi ex compañero de trabajo y actual casi-hermano Seba, entre una tarde de vela en el lago de Embalse de Río Tercero y un chivito asado quecasimemuerodelobuenoqueestaba en la Cumbrecita.

Me fui de Córdoba sin ganas de irme, empujada solo por el poco tiempo a disposición para llegar a mi meta final, el Cusco y Machu Picchu.

Y me fui pensando que si además de todo tuviera mar, Córdoba entraría de derecho en la Lista De Las Ciudades Donde Podría Vivir, junto a Montevideo, Santiago de Chile y ¿ah, no lo dije aún? pues claro que sí: mi Buenos Aires querido.

La conexión aquí es pésima, llegarán más fotos cuanto antes.






El centro de la ciudad: la manzana jesuítica.











Parque Sarmiento.






Quebrada del Condorito















Vimos cantidad de Cóndores, pero no conseguí sacar buenas fotos. En cambio, aquí vienen dos lindos pajaritos que - a pesar de que sus nombres no aparezcan en el cartel de la entrada, también viven en el parque ;)







Y qué lindo está este asno?!?









De ciencia-ficción la central nuclear de Embalse de Río Tercero. Esperaba ver a Homero de un momento a otro, no apareció.

A las orillas del lago.

2 commenti:

Anonimo ha detto...

L'asinello è fantastico!!! Baciotti, Manu.

Anonimo ha detto...

Lamento haberte empujado fuera de mi querida Cordoba, es que ya no te soportaba jajajaja. Ahora fuera de toda broma, es una pena que no hayas tenido mas tiempo, como tambien lo seria que no conocieras ni Bolivia ni Peru solamente por quedarte unos dias mas por aqui, no te lo hubiera permitido. Besos y exitos en lo que resta del viaje. Seba.

Posta un commento