sabato 3 gennaio 2009

Non mi è successo niente, sto bene, era solo una vecchia macchina fotografica.

La versione ufficiale, per mia madre, è che si è rotta per colpa della sabbia.
Che nessuno - amici, parenti, conoscenti o nemici - osi riferire alla mia genitrice il contenuto di questo post.

(Capito zio Walter, eh?! a proposito, auguri e grazie per il messaggio, il mio cellulare giace abbandonato nella cassetta di sicurezza dell'ostello da giorni, per questo è impossibile contattarmi)

El primer día del año, después de un desayuno riquísimo con mi mejor amigo del hostal -potencial hombre de mi vida que todavía no entendió que fuimos creados para estar juntos (y no hubo manera, hasta ahora, de que lo entienda)- decido tener un día solitario, como siempre me pasa durante las fiestas cuando estoy lejos de mi familia.

Agarro lo mínimo indispensable -mi fiel cámara de fotos y dinero justo para el bus- para dar un paseo por el centro y por Lapa, uno de los barrios más característicos de la ciudad.
Son las cinco de la tarde y el sol brilla alto en el cielo cuando alcanzo el Paseio Público, un parque-jardín muy lindo, desde el cual se pueden hacer fotos muy interesantes con el Pão de Açucar de fondo.

Un guardia me llama desde lejos. Uh, qué habré hecho, me pregunto. Me dice: para aquí unos minutos, espera.
Yo lo flipo, no entiendo. Me dice: aquellos dos te estaban siguiendo.
Y yo había notado algo, pero me decía a mi misma, Paola no te hagas películas, como te van a estar siguiendo, no seas dramática.
Pues evidentemente hay que ser dramáticos en Rio, nada de películas, hay que esperarse siempre lo peor.

Me pongo a charlar con el guardia mientras esperamos a que esa gente se vaya, y él me cuenta que esta zona es bastante peligrosa, sobre todo en días de fiesta, ya que todo el mundo está en las playas y el parque está desierto.
Me aconseja cambiar dirección y ir para Flamengo y Botafogo, otros barrios interesantes y más seguros.
Agradezco, me despido y voy. El parque es muy grande y tengo que llegar al final y cruzar un puente para salir de ahí. Estoy nerviosa pero intento disimularlo, y repito un mantra en mi cabeza: relájate, relájate, relájate.
Pienso: qué injusticia que una persona no pueda disfrutar de un sitio tan bonito porque tiene que tener las antenas puestas, o mejor aún, tiene que ir para otro lado.

Estoy casi, casi, casi en el puente cuando mi instinto me pone en alerta: alguien me está siguiendo. Estoy alarmada, me giro, y ya es demasiado tarde: dos chicos y una chica están encima de mi, el más grande me bloquea, el otro saca una pequeña navaja, la chica agarra mi cámara que llevo atada a la muñeca para que el de la navaja corte la correa, pocos segundos y están corriendo al otro lado del parque.

Me quedo inmóvil, parada, helada. Un hombre se me acerca, me pregunta si me han hecho daño, si estoy bien, y yo solo puedo contestar que tudo bem, tudo bem, pero en realidad no estoy entendiendo exactamente lo que ha pasado.
Un coche de la policía pasa por ahí justo entonces, el hombre lo para, explica la situación a los polis que me suben al coche, vamos dando vueltas por el barrio a ver si puedo reconocer a los chicos.

Es imposible. Fue todo demasiado rápido y lo único que me acuerdo es que uno de ellos tenía una camiseta roja -o era verde?- y estoy tan confundida que no puedo casi ni ver de verdad la gente que pasa.

Me acompañan al bus, como una reina me subo sin pagar, voy a mi asiento y me hago pequeña, y pienso en todas las fotos que he perdido, que por ser vaga y tonta no pasé al disco duro.

Mis fotos maravillosas de las playas de Uruguay, de la Isla de Floripa, de los graffitis de São Paulo, del Cristo de Rio en contra luz, y aquel pequeño escarabajo verde brillante que voló sobre mi brazo y no se quería bajar, mientras Seth (el hombre de mi vida, el mismo de antes) y yo lo observabamos como embrujados, los niños de la Favela de Rocinha -si, fui a la favela, por supuesto acompañada por un guía local- tocando tambores (barriles de lata vacíos), la puesta del sol en Ipanema con una lata de cerveza Skol en primer plano, las bambas negras de Seth y un cielo impresionante color naranja de fondo, todo perdido, todo perdido.

Y sobretodo pienso: como haré ahora, yo, sin mi mejor compañera de viaje, sin mi cámara?

3 commenti:

fernando ha detto...

Ciao Bella!!!! Ya ves: Año nuevo, vida nueva. Y es por ello que uno de mis "temas" y promesas para este año, serías tu. Por fin, he "salido del ordenador" y me presento.....
Siento mucho el susto que te hayan podido dar.....es por eso...que ante esas adversidades no me puedo quedar parado!!!! Has perdido las fotos de Uruguay, pues vuelve y las hacemos juntos............El día 10 de Enero, o sea, el próximo sábado estaré durante 14 días en Uruguay.......Me gustaría mucho verte. Un beso muy, muy grande.

Anonimo ha detto...

Ai, Paolinha... que triiste... estava curiosa para saber o que havia passado... (te escrevo em portugues)... Infelizmente minha cidade é muito bonita, mas tem muitos problemas sociais. Crianças que roubam, isso é uma vergonha pro governo e pros cidadaos do meu país. Quanto as fotos, faça mais e mais e mais... E guarde as que perdeu no coraçao...
beijinho

Anonimo ha detto...

cavolo ho letto solo ora...non pensare alle foto l'importante è che non hanno fatto niente a te! Tamy

Posta un commento